Nuestra vida es un cambio constante. Si hacemos el ejercicio de analizar nuestra vida desde que nacemos, no tendríamos capacidad para enumerar la cantidad de avances y descubrimientos que hemos vivido. Pero ¿estamos preparados para reaccionar ante las necesidades actuales? Automatización, aplicaciones inteligentes, big data, blockchain, nuevos sistemas electrónicos…

En ocasiones las organizaciones no son capaces de afrontar tantos cambios. Para ello, deben tener las herramientas necesarias para poder asumir la gestión del cambio de manera controlada y planificada a través del análisis, la preparación, una correcta ejecución y la medición de los resultados.

¿En qué consiste la gestión del cambio?

Cuando hablamos de cambio organizacional nos referimos al conjunto de modificaciones de los aspectos básicos de una organización como son los procesos, tecnologías empleadas, áreas de negocio o objetivos. El motivo de este cambio suele ser por la propia necesidad, es decir, algo no está funcionando correctamente o por avances en el entorno que requieren cambios.

La gestión del cambio consiste por tanto en facilitar y conseguir su implementación  de manera exitosa tanto para la empresa como para los recursos humanos de esta.

Importancia de la gestión del cambio

Uno de los factores más importantes de la gestión del cambio son las personas, los trabajadores de una compañía. Es por ello que los líderes deben ser los principales agentes del cambio, quienes gestionen y se adapten en primer lugar a esos cambios. La gestión por parte de los líderes ayuda a agilizar las transformaciones y, por tanto, a incorporar la capacidad de adaptación como seña de identidad de la compañía. Así la gestión del cambio reduce el conflicto y la resistencia al proceso y disminuye el nivel de estrés de los colaboradores. Esto mejora el clima de trabajo de la empresa y pone el foco en las oportunidades y no en los problemas. Con respecto a los clientes, impacta positivamente en ellos y mejora la capacidad para adaptarse a los cambios del mercado y de la sociedad.

Como beneficio económico para la empresa, reduce los costes que implican las mejoras y los nuevos procesos al optimizarlos.

¿Cómo llevar a cabo la gestión del cambio?

Para llevar a cabo una gestión del cambio exitosa hay que seguir una serie de pasos.

Crear un diagnóstico: Antes de comenzar el proceso se debe hacer un análisis previo de la situación. Después se debe analizar, cuántos colaboradores se van a necesitar y su implicación, los recursos, tanto económicos como técnicos, que van a ser necesarios para llevar a cabo este cambio. Finalmente se debe hacer un análisis del tiempo que se va a emplear para el proceso.

Crear un plan de acción: Antes de implementar el cambio es fundamental mantener una buena comunicación con el equipo de trabajo con el que se va a llevar a cabo el proceso. Además, se debe dotar de herramientas, habilidades y competencias a ese equipo a través de agentes del cambio que ejerzan de líderes. 

Ejecución del plan de acción: Para la ejecución del plan de acción es necesario tener una planificación fijada con anterioridad y un cronograma que se debe seguir. Además, hay que fijar objetivos a corto plazo.

Medición de resultados: Una vez ejecutado el plan hay que hacer un seguimiento de los efectos y resultados para determinar si la estrategia fue la correcta o si hay que cambiar de estrategia en caso de que no se estén consiguiendo los resultados esperados.

La gestión del cambio es un procedimiento complejo que exige planificación, metas y buena comunicación entre los agentes y colaboradores. Una vez terminado el proceso es muy importante consolidarlo en la compañía y establecerlo como parte de su cultura de manera que los próximos cambios sean parte de una evolución.